A partir del primero de enero de 2014 se prohibió la venta de focos incandescentes en el mercado nacional, por lo que ahora sólo encontramos lámparas y focos ahorradores de energía incluidos los de tecnología LED.
La principal razón por la eliminación de la bombilla incandescente es que son muy poco eficientes desde el punto de vista energético. Una bombilla incandescente consume entre 2 y 5 veces más energía que una bombilla de bajo consumo u otras veces más que un LED para dar el mismo nivel de iluminación.
Una bombilla incandescente disipa casi toda la energía consumida en forma de calor. Otra cuestión es que su consumo de enegía y otros materiales a lo largo del ciclo de vida, y en estos tiempos en que el ahorro y la eficiencia energética y el ahorro son una prioridad, esto no parece tener mucho sentido.
"A partir del primero de enero de 2014 ya ningún industrial ni comerciante podrá vender una sola lámpara incandescente y quien lo haga será sancionado por Profeco", señaló el expresidente de la Confederación Nacional de Asociaciones de Material y Equipo Eléctrico (Conacomee).
El gobierno federal y la iniciativa privada implementaron un programa para el cambio de las lámparas incandescentes por lámparas ahorradoras en todo el país, con lo que se distribuyeron unas 48 millones de lámparas nuevas, las cuales fueron adquiridas por el gobierno en 23 pesos por unidad para su comercialización.
Mencionó que esperan que las lámparas incandescentes no se empiecen a comercializar en el mercado informal, ya que esto representaría una competencia desleal para quienes estén dentro de la transformación, debido a la diferencia de precios.
La industria eléctrica está migrando también a la tecnología LED, que significa hasta el 90% de ahorro de energía, lo que se espera, tenga importantes volúmenes de comercialización en el corto tiempo.
Claudia Flores
en coolaboración con Rocío García y Gabriela Contreras.
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