jueves, 6 de febrero de 2014

Educación ambiental en México

Siglo XXI, el siglo de los grandes cambios, el siglo de los avances tecnológicos y la ciencia, el siglo en que lo imposible se vuelve posible, el siglo de “en sueño”, el siglo… de los abusos a los derechos humanos, el siglo de la falta de respeto hacia el planeta, el siglo de las democracias caídas, en fin, este siglo tiene cosas para presumir pero muchas otras que hacen expresa la obligación que tenemos los humanos para mejorar como seres sociales que habitan en un espacio finito llamado “Planeta Tierra”. 



La educación es un proceso que tiene como finalidad la transmisión de hábitos y costumbres que permiten la vida en sociedad, es por ello que ésta es clave para desarrollar una cultura que propicie la preservación de los ecosistemas. 




 ¿Qué es educación ambiental? 

Es el proceso de reconocer valores y aclarar conceptos para crear habilidades y actitudes necesarias, tendientes a comprender y apreciar la relación mutua entre el hombre, su cultura y el medio biofísico circundante. (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, 1970)


En México la educación ambiental tiene una base jurídica (Ley General de Educación, Artículo 7), por lo cual está incluida en los cursos de Ciencias Naturales y Biología. Estos cursos manejan los contenidos desde un enfoque teórico-práctico, aunque pareciera que los docentes brindan mayor importancia a la teoría que a la práctica misma, puesto que lo reflejado en la realidad deja mucho que desear respecto a los aprendizajes adquiridos en dichos cursos.

Como equipo sostenemos que para que la educación ambiental rinda frutos, debe tener clara su función y brindar, por lo menos, las siguientes habilidades a los estudiantes para que puedan afrentar de manera responsable su relación con el ambiente: 

• Conocer los conceptos básicos relacionados al ambiente. (Este es el único punto que está inmerso en los cursos del nivel básico de educación en México) 
• Tener una postura crítica sobre los problemas que se dan en su entorno. 
• Valorar las posibilidades de acción y generar estrategias. 
• Capacidad para actuar en defensa del medio. 

Aunque aún existen millones de personas que deciden no valorar el planeta en que habitamos, hay quienes buscan cambiar la forma de pensar de la raza humana hacia una conciencia más ecológica. 

 El destino de la Tierra está en nuestras manos. Solo nosotros podremos conservarla.

¡Empecemos ahora!


Equipo 1:
Francisco Vidaña
Rogelio Perez
Javier Villacobos

Fuentes de apoyo:

No hay comentarios:

Publicar un comentario